7. Mapas síntesis de presiones y amenazas

Sobre la base de unidades de análisis predefinidas de 2.000 km², encontramos que más de la mitad de la Amazonía (65,8%) se encuentra sometida a algún tipo de presión instalada o en curso: sean actividades extractivas como la explotación de petróleo y minerales, el desarrollo de infraestructura vial, la actividad agropecuaria o la presencia de hidroeléctricas. Las unidades con mayor presión se localizan en las zonas periféricas de la región amazónica, en las zonas montañosas y de piedemonte situadas al occidente, especialmente en Ecuador, al norte de Venezuela y al sur, en Brasil.

Considerando el panorama regional, todos los países tienen la mayor parte de su territorio amazónico sometido a algún tipo de presión, predominando los índices de afectación de moderados y altos. Se observa que Ecuador es el caso más dramático, con 88% de su territorio amazónico impactado por algún tipo de presión, clasificando más de la mitad (63%) con niveles de presión “alta” (18%) y “muy alta” (45%).

Las amenazas en el territorio amazónico, entendidas como proyectos o actividades que se preven tengan lugar en el futuro, alcanzan el 27% de su superficie, las cuales tienen un riesgo potencial de afectación potencial “moderada” (9%), “alta” (12%) y “muy alta” (2%). Perú sobresale como el país con mayor extensión de su Amazonía bajo amenaza (42%), con riesgo potencial “muy alto”, dado por proyectos de desarrollo de vías e hidroeléctricas, así como por explotación petrolera.

En el caso de Brasil y Venezuela, el 27% y 18%, respectivamente, de su territorio está bajo alguna amenaza, las cuales están asociados con proyectos hidroeléctricos y de minería, con niveles de riesgo “muy alto”. En otros países de la región la amenaza de la extracción minera también está presente, aunque con el indicador de “muy bajo”. Bolivia refleja un área extensa de interés mayormente para hidrocarburos, seguida por minería y construcción de hidroeléctricas. De esta forma, el 15% de su territorio está expuesto a una amenaza de “media a muy alta”. Colombia no presenta áreas de amenaza “muy altas”. Sin embargo, la posibilidad de explotación minera y petrolera se mantiene en su territorio amazónico. Vale la pena destacar que en estos casos estamos hablando de actividades legales.